Estoy
convencido que el título es suficiente como introducción, por lo que entraré
directamente en un análisis inicial de los resultados de las encuestas para
luego dar rienda suelta a mi imaginación con algunas
"teorías conspiratorias" que quiero compartir con Uds. mis amigos y
lectores.
Las encuestas en perspectiva y un poco de memoria histórica
sobre de los recientes resultados electorales en Ecuador.
Con
tan dispares resultados, ¿a quién creer entonces, Perfiles
de Opinón o Cedatos? ¿Qué creer cuando
ambos tienen similar nivel de “credibilidad” y al mismo tiempo producen cifras
con diferencias sustanciales en las preferencias de los electores? Como
introducción a mi personal respuesta, listaré algunos hechos y datos
históricos:
- Perfiles de Opinión (PO) es
la encuestadora "oficial" del Gobierno de Rafael Correa (RC),
¿recuerdan los comentarios de un periodista casi olvidado, Jorge Ortiz?
- Las encuestas de PO han sido
más precisas (10% de error aprox.) en lo que se refiere a los resultados
de RC y Alianza País (AP) a nivel nacional en lo que respecta a votos para
presidencia, asambleístas, desempeño y aceptación del gobierno y
credibilidad de RC; CD tiene una menor precisión (15% de error
aprox.); sin embargo,
- Las encuestas de CD han sido
bastante más precisas que las de PO en lo que respecta a elecciones
seccionales en la región costa: Alcaldes, Prefectos, Concejales y
Consejeros así como su nivel de popularidad y credibilidad en cada una de
las ciudades, PO es más preciso en la sierra centro y en el oriente; de
hecho si algunos recuerdan la elección de Lucio Gutiérrez (allá por 2002)
PO fue quien predijo con mayor exactitud los resultados obtenidos en la
Amazonía.
- En lo que respecta a
Guayaquil, CD ha sido históricamente más precisa que PO con respecto a las
mediciones en lo que a funcionarios públicos de elección popular y su
desempeño se refiere; debe mencionarse que lo anterior se ha hecho más
evidente desde que PO entro a ser la encuestadora “predilecta” de RC y AP.
- Existe una tercera
encuestadora, igual de conocida que las mencionadas, que es la que se
puede considerar como "independiente", Informe Confidencial
(IC), la cual en elecciones seccionales generalmente coincide con CD y en
elecciones nacionales coincide con (¿casualidad?)
Antes
de continuar y esto dirigido para los "escépticos", debo recalcar que
las afirmaciones anteriores se basan en el análisis de los resultados de las
votaciones de los últimos 15 años en Ecuador comparado con los resultados
publicados por las encuestadoras mencionadas; les aseguro que no fue tarea NADA
fácil; de hecho, desde que ganó Abdalá Bucaram la presidencia de la República
en Ecuador, me doy el trabajo de comparar cada resultado electoral con las
encuestadoras mencionadas (en base a dichos datos, puedo decir a ciencia cierta
lo diferente que es el elector guayaquileño del resto del Ecuador), así que
¡buena suerte para los que desean hacerlo nuevamente!
Luego
del anterior y necesario paréntesis es claro que PO históricamente es menos
confiable que CD en lo que a encuestas políticas se refiere en Guayaquil; ahora
vamos con los resultados de las encuestas de PO del 15.Dic.13
El sentido común de los números o “de-construyendo” los “cantos
de sirena” de las encuestas favorables para AP y RC.
Al
revisar la cifras de la aprobación de la gestión de Jaime Nebot (JN) en
Guayaquil, las cuales las considero las cifras más confiables dado que éstas se
han mantenido casi constantes por más de una década (aun incluyendo el efecto
“Revolución Ciudadana”), PO muestra que dicha medición (buena y muy buena) ha
bajado de 93.1% el 06.Oct.13 a 83.2% al 15.Dic.13.
Hagamos
el siguiente ejercicio: 1,832,000 son los electores en Guayaquil, asumiendo una
aprobación del 83% para JN y asumiendo que AP cuenta con el 17% de los votantes
que no califican positivamente a JN y que JN puede mantener el 31% de votantes
que califican de muy buena su gestión; RC y AP deben “convencer” a un 34%
adicional de los votantes (del 52% que califica de buena la gestión de JN) para
ganar la alcaldía de Guayaquil; esto es, en números “constantes y sonantes”,
que AP debe convencer a 622,880 electores de los 952,640 ciudadanos (las 2/3
partes) que al 15.Dic.13 y luego de 12 semanas de ataques continuos por parte
de RC y sin aún iniciar oficialmente la campaña electoral (es decir sin JN como
candidato), aún califican de buena la gestión del actual alcalde.
Añadamos
algunos datos más; el voto “duro” de JN se ubica entre el 55 y 60%; para los
que no tienen memoria histórica, JN ya venció en Guayaquil a RC en dos procesos
electorales, el primero fue el Referendo aprobatorio de la Constitución de
Montecristi del 2008, JN hizo campaña por el “No” y RC por el “Sí”, Guayaquil
rechazo la constitución con un 55% y el segundo fue la elección a Alcalde de
Guayaquil en el año 2009 en donde nuevamente RC hizo campaña por la candidata
de AP, Maria de los Angeles Duarte; por otra parte, ningún candidato que ha
competido con JN ha logrado superar el 30% de la votación (incluyendo AP en la
última elección), de hecho el candidato con niveles similares a los de JN en
reconocimiento y popularidad en Guayaquil, Jimmy Jairala, no superó la barrera
del 30% en el 2004, al igual que Duarte en el 2009 aunque debe de recordarse
que Duarte ni era conocida ni popular en Guayaquil y su votación se debió
exclusivamente a RC, la candidata actual de AP tiene en estos momentos similares
niveles de popularidad y reconocimiento en Guayaquil que Duarte y nuevamente RC
vuelve a ser la imagen de la campaña de AP, quizás la única diferencia en la
presente elección yace en el nivel de empatía de la actual candidata.
Lo
anterior debería de ayudar a poner en perspectiva el gran desafío que tanto AP
y RC tienen en Guayaquil; por lo que la captura del Sillón de Olmedo por parte
de AP es, casi, una imposibilidad estadística e incluso, histórica.
Ahora
revisemos los hechos: hasta mediados de Nov del 2013, tres (3) encuestadoras:
CMS, IC y CD colocan a JN con una intención de voto entre 64 y 70% vs. 21 y 26%
de AP; se debe recalcar que aparentemente JN ha alcanzado su techo dado que sus
cifras se han mantenido más o menos constantes, dentro de resultados de las 3
encuestadoras, desde Oct 2013 en que oficialmente lanzó su candidatura,
mientras AP ha crecido desde el 14% o 17% (número consistente con el porcentaje
de personas que califican de mala o muy mala la gestión de JN)
Si
AP creció de 14% a 26% (su resultado más favorable) en 10 semanas y en el mismo
lapso JN se ha mantenido constante, ¿entonces cuál es el origen del crecimiento
de AP?, la respuesta estaría en los indecisos, los cuales según las mismas
encuestadoras han bajado en porcentaje del 28 al 20% de los electores en el
mismo lapso, lo cual es otra vez consistente considerando un universo finito de
electores; dichos números son similares en cada una de las 3 encuestadoras
mencionadas.
Las
tendencias anteriores lleva a conclusiones obvias: primero, que AP en esas 10
semanas y con los ataques constantes de RC contra la gestión de JN, no ha
logrado “convencer” a los votantes de JN para pasarlos a sus filas; segundo,
que hay un 20% de votos en juego, esto es 366,400 votantes y la tercera, de
mantenerse las tendencias anteriores y si AP lograse captar a todos los
indecisos y asumiendo que mantiene el 26% de las preferencias electorales, su
votación total sería 747,456 votos que representaría el 40,8% de los votantes
en Guayaquil, asumiendo que ningún elector votará nulo o blanco o por ninguno
de los otros candidatos (los cuales, según las mismas encuestas, sumarían un
total del 4% de los electores, lo que se traduciría en que el techo máximo de
votación de AP estaría alrededor del 36% que sería consistente con los
resultados históricos de las ultimos 3 elecciones seccionales en Guayaquil)
Aparece
entonces en escena Perfiles de Opinión, la encuestadora predilecta de AP y RC,
con un resultados sorpresivo el 15.Dic.13 publicado en medios afines a AP (casi
puedo escuchar un... "¡no contaban con mi astucia!"), que rompen
con las tendencias mencionadas anteriormente: JN baja a 55% y AP crece de 34%
en un periodo de 4 semanas (!!!) y no se mencionan los indecisos entre los
resultados; ello implicaría que AP no solo ha logrado captar a todos los
indecisos sino que también ha “convencido” a votantes de JN para pasarse a las
filas de AP. Se menciona también que otra firma, IMASEN, también llega a
resultados similares a mediados de Dic 2013; sin embargo la misma IMASEN
presenta los resultados de Nov 2013 que son similares a los de las
encuestadoras CMS, IC y CD.
Llama
la atención, por decir lo menos, tan fuerte incremento en tan corto tiempo; y
digo fuerte porque las cifras anteriores implicarían una tasa de crecimiento de
hasta 3.2% por semana (!!!), entre 146,000 a 238,000 votos nuevos, 8500
personas convencidas diariamente en forma continua por 28 días consecutivos
(!!!); en una ciudad en donde la gestión de JN tiene una aprobación del 83% a
Dic 2013 (!!!); afirman, en su análisis de los resultados, que el nivel de
aprobación de una gestión local no siempre se traduce en intención de voto, lo
cual sería una afirmación vacía si contrastamos los resultados de los
funcionarios reelectos en los últimos 15 años en procesos electorales
seccionales en donde la diferencia entre los votos obtenidos y la aprobación de
su gestión fluctúa hasta un máximo de 20% (lo que implicaría un 63% para JN en
el peor de los casos), siendo Auki Tituaña el único caso en que aun teniendo
una alta aprobación perdió su 3ra. Reelección.
¿Cómo
entonces explicar ese incremento vertiginoso a favor de AP en Guayaquil? ¿Un
incremento que rompe con tendencias estadísticas similares expresadas por
diferentes actores? ¿Un incremento que superaría significativamente (35% de AP
al 15.Dic.13, aún antes de iniciar la campaña electoral) el nivel de
votación alcanzado por ningún candidato contendor a JN en las ultimas 3
elecciones (30% en 2004 y 29% en la ultima elección con AP contendor)? He
aquí, que ofrezco algunas “explicaciones” o más bien “teorías conspiratorias”
detrás de tan “inusuales” comportamientos en el electorado de Guayaquil.
Guerra psicológica (de encuestas) o mi teoría conspiratoria del
por qué Rafael Correa (RC) y Alianza País (AP) necesitan encuestas favorables.
AP
y RC tiene la necesidad imperiosa de mostrar un crecimiento en su potencial
votación en Guayaquil; recordemos que, según las últimas encuestas de Perfiles
de Opinión (PO), AP ha pasado de 14 a 35% en las preferencias electorales; el
efecto de tal crecimiento es de amplio espectro: primero, potencia las bases de
AP al dichos números demostrar que su estrategia estaría dando resultados
y con ello comprometerlos más y consolidarlos como grupo político viable en Guayaquil;
segundo, ayudaría a atraer indecisos los cuales tendrían mayor incentivo de
entregar el voto a AP pues con la tendencia tan marcada de dicho crecimiento en
un ciudad que no le ha sido favorable, sentirían que no estarían desperdiciando
su voto y con ello reducir el nivel de votos blancos y nulos (que son en suma
votos en contra de AP) y cerrar la brecha entre ambas candidaturas; tercero, RC
y AP podrían utilizar dichos resultados en el discurso de campaña como una
prueba de que Jaime Nebot (JN) no es invencible e instalar la duda en sus
votantes y con ello romper el voto "duro"; y cuarto, instigar temor
en los organizadores de la campaña de JN, así como en sus votantes, y con ello
empujarlos a cometer errores y excesos, que sin duda alguna, serían aprovechados
al máximo por AP.
Por
otra parte, si AP logra posicionar en el imaginario guayaquileño dicha
tendencia de crecimiento, podría argumentar que para a vísperas de la elección
su porcentaje de votación estaría apenas por debajo del 50% y con ello,
continuando con dicho razonamiento, ganar la alcaldía pasaría de ser un
“imposible estadístico” a un potencial escenario político. Es oportuno
mencionar que en Ecuador sólo se permite publicar encuestas y pronósticos
electorales hasta 7 días antes de las elecciones, por lo tanto cualquier cifra
de preferencias electorales de AP por encima del 30% es considerada “histórica”
y dado que no al no ser posible cuestionar dicha tendencia objetivamente
durante los días anteriores a las elecciones, AP dispondría de total libertad
para usar todas las herramientas del marketing político y maximizar su efecto
en el electorado sin contrapeso alguno.
Con
lo anterior, RC y AP, lograrían lo que hasta hace unos meses era inimaginable,
que la elección de Alcalde de Guayaquil pase de ser un seguro triunfo de JN a
ser un “final de fotografía” “no apto para cardiacos”. ¿Qué tal la
“teoría conspiratoria”?
La “madre de todas las conspiraciones” o mi imaginario libreto
del cómo RC y AP controlaría Guayaquil después de las elecciones con JN como
alcalde.
Imaginemos
el caso de resultados electorales desfavorables para AP y con resultados muy
diferentes a los de las encuestas más favorables para la revolución ciudadana.;
AP Y RC podrían cuestionar la "legítimidad" de los resultados y por
ende la "legitímidad" de JN en la alcaldía de Guayaquil, menoscabando
al mismo tiempo, su credibilidad y liderazgo (basado en resultados electorales)
que ha sido y sigue siendo su mayor activo político; con lo anterior AP podría
demandar el conteo voto a voto para demostrar su argumento y seguir
posicionando la idea de triunfo “ilegítimo” de JN.
Imaginemos
que aún después del conteo voto a voto, los resultados siguen siendo
desfavorables para AP (ya en ese momento deja de importar cual es el margen de
diferencia de votos puesto que ya sembraron la duda en el electorado); RC y AP
podrían utilizar el argumento de que la derecha ecuatoriana (y socialcristiana
en particular), "la oligarquía y la rancia partidocracia obsesionada con
el poder y la derrota de la revolución ciudadana" ha gastado ingentes
cantidades de dinero para "engañar y desorientar" al pueblo
guayaquileño; con lo anterior RC y AP, aun cuando JN ganase las elecciones voto
a voto, lograrían cuestionar la "legitimidad" de su triunfo electoral
al afirmar que los electores guayaquileños no habrían "elegido" el
"modelo exitoso" planteado por JN (y por ende la credibilidad del
mismo, al igual que su actual, pasada y futura gestión en la Alcaldía), sino
que los ciudadanos guayaquileños habrían sido "engañados" por
"la oligarquía y la partidocracia" representada en la figura de JN;
esto es, AP y RC, buscarían posicionar en los electores que en caso de JN ser
reelegido como Alcalde de Guayaquil, su triunfo no fue ganado “limpiamente” en
las urnas sino en base a una campaña de “engaño a los electores” para restarle
legitimidad tanto a su elección como a su liderazgo y poner en duda los logros
de su gestión pasada y futura.
De
lograr posicionar la idea anterior, RC y AP, habría logrado hacer de JN un
opositor funcional (reviviendo el fantasma del poder de la partidocracia) y
como tal, blanco continuo de ataques políticos permitiendo un mayor
cuestionamiento a su gestión y obstruir "legítimamente" los planes de
desarrollo propuestos por JN, haciendo menos eficiente y efectivo su desempeño
administrativo y como resultado, ¡oh conspiración de conspiraciones! lograr lo
que no ha podido lograr RC y AP hasta ahora en sus 7 años de gestión y con
arrasadores triunfos electorales, menoscabar la credibilidad, aceptación y popularidad
de JN en Guayaquil, que luego de 13 años de gestión aún se mantiene con una
aprobación del 83%.
¿Qué
les parece la “madre de todas las conspiraciones” como origen de encuestas con
comportamientos históricamente "inusuales" del electorado
guayaquileño?
Declaración de principios o aplicación de la “censura previa” en
los tiempos de la revolución ciudadana.
CONSIDERANDO:
Primero,
a diferencia de muchos de los que han leído el presente artículo (si es que he
tenido la suerte de que hayan leído hasta aquí) yo no formo parte de los
electores guayaquileños dado que no resido en Ecuador.
Segundo,
me considero un individualista irreductible y firme creyente en el respeto de
las libertades civiles individuales por encima de los “derechos colectivos”
según las diferentes ideologías de organización y ejercicio de gobierno que
privilegian “el bien común” (o “Sumak Kawsay” en términos de la Constitución de
Montecristi del 2008 por la que voté en contra)
Tercero
y como consecuencia de lo anterior, profeso políticamente la ideología del
liberalismo político-económico de la escuela de Milton Friedman, lo cual me
colocaría en la “derecha” del espectro político; pero dado que estamos en
tiempos de la Revolución Ciudadana y por obra y gracia de la maniquea
clasificación ideológica de los intelectuales del socialismo del siglo XXI “a
la ecuatoriana”, un miembro profeso de la derecha ideológica es exactamente lo
mismo que ser un miembro activo de “la oligarquía”, “la derecha neoliberal” y
“la rancia y corrupta partidocracia”
Cuarto,
apoyo la gestión, la posición ideológica y la candidatura de Jaime Nebot a la
Alcaldía de Guayaquil
Quinto,
soy contrario y por tanto opositor a cualquier sistema de organización política
y del ejercicio de gobierno cuyos principios se fundamenten en el Socialismo
del Siglo XXI y como consecuencia, soy un opositor a AP como partido político y
a sus planes de gobierno, así como también un opositor al ejercicio y
organización de gobierno representado por el Ec. Rafael Correa.
DECLARO:
Soy
el único autor intelectual de los párrafos anteriores y por lo tanto de todos
sus contenidos con sus potenciales implicaciones e insinuaciones.
Los
números utilizados provienen de medios de comunicación social de acceso público
a menos que claramente se exprese lo contrario; por lo que confío que el
presente artículo no será retirado de la web pues considero que no se han
violentado los derechos de propiedad intelectual digital de ninguna persona
natural o jurídica (sí me refiero a ti Ares Right, http://www.ares-e.com)
Los
argumentos, los análisis y conclusiones están “contaminadas” de mi “derechismo”
intelectual.
La
credibilidad de mi análisis, en teoría, deberían fundamentarse en la validez de
las premisas y la consistencia del proceso lógico-deductivo; sin embargo, ¡Oh
disidentes y pensadores independientes!, dado que estamos en tiempos de la
Revolución Ciudadana, que según la doctrina de Rafael Correa de “opinión
legítima” y tomando en cuenta que no he ganado ninguna elección popular en
Ecuador se deduce, según RC y AP, que no soy un interlocutor
"válido", que mi "credibilidad" estaría cuestionada de
"origen" y por lo tanto no poseo ningún argumento que valga.
¡QUE
EMPIEZE EL DEBATE!